Algunos viticultores se han diversificado hacia el cultivo del olivo, a veces incluso se han reconvertido, simplemente por pasión por este cultivo o en respuesta a la tendencia hacia un clima más cálido. Sin embargo, cultivar olivos no es lo mismo que cultivar vides. Se trata de un reto importante, ya que si bien algunas tierras vitícolas pueden ser aptas para el cultivo del olivo, su rentabilidad a largo plazo sigue estando sujeta al riesgo de escasez de agua o a las fuertes heladas que aún pueden producirse en nuestra región. Es un reto que unos pocos han decidido asumir, apostando por un mercado de calidad, la moda de los circuitos cortos, la escasa competencia local y el renacimiento de un método de cultivo un tanto olvidado.
La combinación de árboles y vides, conocida como agroforestería, es una práctica ancestral que ha modelado durante mucho tiempo los paisajes mediterráneos mediante la trilogía de olivos, vides y trigo, y que aún se practica en algunas partes de Europa, donde cerezos, melocotoneros, almendros y robles truferos siguen creciendo junto a las vides. Los árboles limitan los excesos climáticos, mejoran el suelo y, al hacer subir el agua de las profundidades a la superficie, mejoran también los recursos hídricos. Además, crean biodiversidad y ayudan a combatir las plagas dando cobijo a sus enemigos naturales.
Viñedos cercanos:
Domaine Gayrard
Olivar cercano :
Domaine Rigaud
- Francés
Apertura
Todo el año.
Tarifas
Acceso libre.