Presencia de ladrillos :
En la llanura del Tarn, la arcilla está por todas partes. Es difícil salir de ella los días de lluvia. Pero la arcilla sonríe cuando se convierte en ladrillo, cuando se hace única. No por la cantidad, ¡abunda! Pero fruto de la metamorfosis que le permite vestirse de colores sutiles para la mejor arquitectura regional. Rosa Toulouse pero rojo Rabastens, Gaillac y Albi. Por último, el rojo... Rojo salpicado de mil partículas blancas, rojo descolorido, rojo oscuro, rojo leal... Cómplice de la imaginación arquitectónica, el ladrillo sabe ser sencillo para los suburbios, refinado para las mansiones privadas de Castres y Albi. Hoy en día, tiene otros atractivos: la salubridad y la capacidad térmica en particular.
- Francés
Apertura
Todo el año.
Tarifas
Acceso libre.