Cerca de Rabastens, uno de los telescopios más grandes de Francia permite observar las maravillas del cielo durante las noches de otoño: planetas, luna, estrellas, nebulosas… La magia funciona.
Pedir un deseo al ver una estrella fugaz desde el observatorio de astronomía de Saint-Caprais
Con la mente en las estrellas, podéis descubrir las constelaciones con láser e iniciaros en el uso de un telescopio, mientras os evadís en el espacio y en el tiempo.
Este telescopio fue construido pieza a pieza por un agricultor que cuando no trabaja la tierra, escruta el cielo. También acoge a los que comparten su pasión por las estrellas o los simples curiosos de la astronomía.
Con los ojos fijos en el telescopio, algunos observarán el crecimiento de la luna, los objetos del cielo profundo como las galaxias y otros, reconocerán los anillos de Saturno y sus satélites galileanos.