Desde lo alto de su promontorio rocoso, Puycelsi parece inalcanzable, intocado por el tiempo y el hombre. Clasificado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, Puycelsi ha sido totalmente restaurado y ofrece no sólo una de las vistas más hermosas de la región, ¡sino también las puestas de más famosas!
Puycelsi, un verdadero pueblo encaramado
Una carretera pequeña conduce al pueblo. Serpentea entre bosquecillos, campos y huertos, hasta la súbita y hechizante aparición de Puycelsi.
Para los más valientes, después de aparcar en la parte baja del pueblo, tome el camino a pie; ¡quizá la imagen del atacante partiendo a la conquista de los herejes surja de las brumas del pasado para sostener un ensueño contemplativo!
Vendida a Raimundo V en 1180 por el abad Pierre d’Aurillac, Puycelsi permaneció fiel a los condes de Tolosa, cuya importancia estratégica no se le había escapado. A pesar de las trabas del Tratado de París de 1229, que ordenaba su desmantelamiento, Puycelsi supo resistir a otros invasores. Sus murallas y su camino cubierto atestigan el carácter defensivo del lugar.
Regreso al pasado en el corazón de Puycelsi
Pasear por Puycelsi te transporta a la historia antigua; ¡Esperas ver a Errol Flynn a doblar un callejón! Hay que recorrer el camino de la antigua muralla, que ofrece una vista mágica del paisaje. Podrá ver los restos del castillo de los señores de Puycelsi, que eran los gurdianes del bosque de Grésigne, las antiguas torres de vigilancia y la iglesia de Sainte-Corneillecuya escultura de un cerdo a la entrada recuerda una antigua leyenda.
Durante el asedio de los ingleses en 1386, se dice que los puycelcianos hacían gritar cada día con una lanza a su único cerdo, simulando así un festín en abundancia. Se dice que los ingleses, desalentados por haber conseguido matarlos de hambre, levantaron el asedio.
Mosaico de paisajes alrededor de Puycelsi
Los alrededores del pueblo forman un mosaico de colores incomparables. Los campos de trigo, los cultivos de colza y girasol y el suelo de arcilla roja encantarán a sus paseos a pie o en bicicleta de montaña en cualquier estación. Muy cerca, descubra el magnífico bosque domanial de Grésigne; y quién sabe, durante la época de celo podrá oír el magnífico sonido del bramido del ciervo. Durante sus paseos también podrá descubrir el encantador pueblo de Laval, a los pies de Puycelsi.
En junio, el trail de Grésigne ofrece varios recorridos adaptados a distintos niveles de corredores para descubrir este magnífico bosque nacional. También merece la pena ver el Conservatorio departamental de especies frutales y viñas antiguas, que conserva la memoria de la flora y la diversidad ecólogica o las antiguas minas de hierro a cielo abierto de la Janade, testigo de la efervescencia industrial del siglo XIX.
Oficina de turismo : la oficina de información de Puycelsi
Visite la oficina de turismo para organizar sus paseos y excursiones, encontrar un restaurante, un hotel o un bed and breakfast.
El festival dedicado al arte vocal de Puycelsi explora desde hace varios años las joyas del repertorio para cordo y orquesta de cuerda, sin dudar en abordar piezas raras o olvidadas. Se descubrirá en julio en varios lugares exceptionales.
En agosto, las fiestas del pueblo celebran durante tres días la convivencia y el buen humor. No se olvidan los aperitivos-conciertos, sobre todo en la finca del Château de Terride, ni las cenas-concierto del Puycelsi Roc Café.
Del 15/06 al 15/09, está prohibido aparcar para los visitantes en la parte alta del pueblo.
Sin embargo, se expide un distintivo a los residentes y visitantes que hayan reservado una casa rural o una habitación de huéspedes en el pueblo de Puycelsi.
Las personas discapacitadas también podrán subir con sus vehículos y se les reservarán plazas de aparcamiento.
Una zona de bajada y otra de parada de 15 minutos están reservadas para las personas que necesiten hacer compras o trámites en el pueblo.