La denominada «La Toscane Occitane» es una evocación visual, atemporal e indulgente, que se conoce a través de sus pueblos encaramados en las colinas y sus ciudadelas medievales, su naturaleza generosa, su dinámica vida local y la convivencia con sus habitantes.
La Toscane Occitane
De Rabastens a Cordes sur Ciel, de Gaillac a Penne, tu mirada se dejará llevar por las formas suaves de las colinas de piedra caliza de la Causse y de las laderas de nuestro viñedo milenario de Gaillac.
Pero es también en los valles del Vère y del Cérou, y de los bosques de la Grésigne y de Sivens donde se dibujan los relieves naturales de este extremo del Tarn, eternamente occitano.
Aquí, todo está entretejido con poesía. Las gargantas del Aveyron, donde se esconden los pequeños pueblos de Larroque, Amiel o Milhars, encajados entre las rocas. Las ciudades fortificadas con carácter de Castelnau-de-Montmiral y Puycelsi, que evocan estos paisajes para disfrutar, rebosantes de luz.
El carácter auténtico y entrañable de La Toscane Occitane, donde se vive bien, te ofrece una experiencia sin artificios, que te invitamos a compartir en solitario, con la familia o con los amigos.
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Cómo venir
El país de las bastidas y del viñedo de Gaillac se extiende entre Burdeos, Montauban y Albi. Representa aproximadamente el cuarto noroeste del departamento del Tarn. Llegar es sencillo, es suficiente con remontar el Tarn. Pero si no tenéis una gabarra (viejos barcos de fondo plano, típicos del comercio fluvial en el Tarn), hay formas más modernas de unirse a nosotros y sumergirse rápidamente en magníficos paisajes, una cultura apasionante y genuina sociabilidad.
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