Tras abandonar el valle del Vère, los abrigos rocosos de Larroque sorprenden a los senderistas y les dan acceso a la meseta calcárea de Mespel, con sus encinas, filarias y pistachos. Desde el sendero se divisa el pueblo medieval de Puycelsi.
Larroque ofrece una parada sombreada y pintoresca en un entorno verde, junto al río, al pie de un acantilado de piedra caliza rosa con cuevas naturales.
Los antiguos puycelsienses (habitantes de Puycelsi) iban a visitar a los Roucanels (habitantes de Larroque) por el mismo camino que el excursionista.
Vistas del bosque nacional de Grésigne y de la capilla Notre-Dame des Bois del siglo XIII (20 minutos ida y vuelta desde Mespel). Cuenta la leyenda que en dos ocasiones se encontraron en su emplazamiento actual los materiales utilizados para construir la capilla de la aldea.
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