La cultura aquí es como la viña: ¡miles de años! La evidencia de un pasado lejano resurge a cada vuelta de un pueblo o de un valle. Las propias calles ya muestran sus ladrillos rojos rodeados de entramados medievales. Los pueblos de piedra caliza salpican el paisaje con su blanco deslumbrante. Pero son las bastidas, los pueblos encaramados, los que más le sorprenderán. Por último, los museos, los jardines y las bibliotecas ocuparán sus tardes para realizar escapadas tranquilas y enriquecedoras.