Abadía, bastidas, palomares, cabañas de viñas... Son muchos los elementos arquitectónicos que modelan los paisajes de Tarn alrededor de Gaillac, elementos que despiertan la curiosidad de aquellos a los que les gusta perderse entre las paredes de estos lugares históricos y emblemáticos del territorio. ¿Pero qué anécdotas y secretos esconden? ¡En ruta para una visita!
Notre-Dame du Bourg en Rabastens
Construida en la orilla occidental del Tarn que corre más abajo, la iglesia Notre-Dame du Bourg está clasificada en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. En el pórtico de la entrada, ocho capiteles tallados recuerdan los vestigios de la Edad Media. En cuanto al resto del edificio, está inspirado en el gótico meridional. La última restauración data de finales del siglo XIX, pinturas murales visibles además de varios elementos inscritos como Monumentos Históricos: una pintura al óleo y cuadros expuestos en el Museo del Pays Rabastinois.
La Casa de los vinos de Gaillac
En la Abadía St Michel a orillas del Tarn, la Casa de los Vinos destaca esta ciudad milenaria del vino, conocida como «La Toscana francesa». En el corazón del viñedo de Gaillac, hoy en día etiquetado como «Vignobles et Découvertes», una experiencia que combina la historia, el estilo de vida y la cordialidad os está esperando. La Casa de los Vinos es un lugar de otra época que ofrece una verdadera inmersión. Esta invita a los visitantes a viajar en el tiempo para conocer todo y quedar maravillado ante la riqueza de este patrimonio vinícola.
Graulhet y la artesanía del cuero
El trabajo del cuero constituye una verdadera cultura local en Graulhet, capital de la badana y gran centro francés de la peletería. Para conocer todas las fases de la transformación de la piel en cuero, venid a la Casa de los Oficios del Cuero que cada otoño recibe a artesanos que quieren compartir en exclusiva su saber hacer durante el evento «Graulhet, le cuir dans la Peau». A dos pasos de ahí, se encuentra una antigua peletería de la ciudad transformada en cervecería, una parcela industrial abandonada del cuero convertida ahora en el lugar de fabricación de la malta y del lúpulo que también se puede visitar con el Pass Brasseur.
El Archéosite de Montans
Situado en el corazón del viñedo de Gaillac, el Archéosite de Montans invita a un viaje en el tiempo. Viajad a la época de la Antigüedad para comprender cómo este pequeño pueblo galo se ha convertido en uno de los centros de producción de cerámica más grandes del Imperio Romano. Historia, saber hacer y tradiciones son el hilo conductor de estas colecciones arqueológicas y reconstituciones de la naturaleza que permiten proyectarse en las civilización antiguas.
Padres y niños pueden participar en talleres manuales y actividades lúdicas y pedagógicas, conocer la exposición temporal o el sorprendente espectáculo que se representa.
El Castillo de Mauriac
Residencia del pintor Bernard Bistes, la fortaleza de Mauriac data del siglo XVI y acoge, en el corazón del triángulo Albi-Gaillac-Cordes, sus obras desde hace más de 50 años. El Castillo de Mauriac, repleto de historia, patrimonio y pintura, también dispone de jardines increíbles que ofrecen unas magníficas vistas del viñedo de Gaillac. Clasificado entre las 50 residencias más bonitas de Francia por la revista «Art et Décoration», su interior combina el estilo barroco y de Luis XIV a la perfección. Además, cuenta con una estrella en la Guía verde Michelin, ¡un excelente lugar para una parada gastronómica!