En cualquier temporada, la naturaleza de Tarn nos ofrece un espectáculo mágico cuando el sol desaparece por el horizonte. En un pueblo cuya apariencia ha cambiado poco a lo largo del tiempo, la serenidad se instaura poco a poco.
Disfrutar de la magia del atardecer desde la explanada de Puycelsi en la hora mágica
Desde lo alto de una meseta rocosa que da al Valle del Vera, lo que se conoce como la «fortaleza de madera», vela por el bosque encantado de Grésigne. Como un reloj que viaja en el tiempo, Puycelsi es auténtico y trascendente al mismo tiempo.
Al perderse por las callejuelas de uno de los pueblos más bonitos de Francia se descubren, entre las casas de madera de los siglos XIV y XV, algunas tiendas emblemáticas de artesanos. Entre ellas, el Atelier Aloussa donde se admira al artista trabajando y creando bonitos objetos de porcelana esmaltada o la jabonería Oppidum que propone productos 100 % naturales y ecológicos.
En la hora mágica, recorred el camino de ronda que se encuentra en el interior de las murallas y que os llevará a la explanada para admirar uno de los atardeceres más magníficos de Tarn, con vistas al bosque de Grésigne, el robledal más grande del sur de Francia.