Como suele ocurrir en las bastidas, la plaza del mercado es el punto central de la vida económica y social de la ciudad. La plaza del mercado de Castelnau-de-Montmiral, comúnmente llamada «la plaza de las arcadas» es una maravilla de la arquitectura medieval.
Paseo por la plaza de los soportales
La plaza es uno de los tesoros de Castelnau-de-Montmiral. Bordeada de casas porticadas en sus cuatro lados, desprende mucho encanto. Las fachadas finamente restauradas ofrecen una diversidad medieval de ladrillos rojos, piedras blancas y paneles de entramados de madera.
Es un lugar intimista y amigable, que invita a deambular y a reunirse a la sombra acogedora de las cubiertas* y las terrazas. La plaza perpetúa así su papel como espacio de encuentros e intercambios. Aquí se encuentran el ayuntamiento y la oficina de turismo, un café, restaurantes y un hotel. Todavía se puede contemplar la antigua picota de la Edad Media, que se utilizó para exponer a la multitud tanto animales de mercado, como ladrones o mujeres infieles, a menudo desterradas posteriormente del pueblo.
* Las cubiertas (couverts) designan las partes cubiertas detrás de las arcadas.
Lugar de fiestas, mercados y ferias
Si la plaza es un lugar donde transcurre la vida cotidiana, también se transforma en un decorado natural para los eventos que marcan las estaciones de Castelnau-de-Montmiral. En julio Les Estivales hace vibrar la bastida durante tres días. En el marco de las tradicionales fiestas del 15 de agosto, la plaza acoge la feria de la miel. Durante todo el año, el mercado de agricultores presenta sus productos locales los martes por la mañana.
Castelnau-de-Montmiral en la Edad Media
Finalmente, necesitaréis un poco de imaginación, pero dejaros llevar por el ensueño para rastrear las evocaciones de un pasado lejano. Tal escenario solo puede sumergiros en las epopeyas de los condes de Toulouse, revivir las locuras de la cruzada de los albigenses, la guerra de los Cien Años o los momentos oscuros de las guerras de religión.
Pensando en este pasado guerrero, solo podemos apreciar un poco más las alegrías de la vida actual en estos paisajes suntuosos, el placer del farniente y el estilo de vida hedonista de estas tierras, tan ancladas en la historia y tan vivas actualmente.