Briatexte

Briatexte, bastida relajante

Creado en 1287, Briatexte fue fortificado en el siglo XIV, durante las guerras de religión. Hoy es un pueblo encantador donde deambular antes de iniciar las rutas de senderismo.

La bastida de Briatexte fue fundada en 1287 por Simon de Briseteste, senescal de Carcassonne, en nombre del rey Felipe el Hermoso, en el emplazamiento del pueblo cátaro de Touelles, arrasado por las tropas de Simón de Montfort en 1212. Debió oponerse a su vecina de Saint-Gauzens, siguiendo una organización típica de las bastidas, con un plano cuadriculado con una hermosa plaza llena de cubiertas.

Fortificado en el siglo XIV, Briatexte fue centro de las guerras de religión. Los habitantes, convertidos al protestantismo, hicieron de él un verdadero bastión, que no se rindió a ningún ataque. La iglesia, que ocupaba la mitad sur de la plaza, fue derruida alrededor de 1574. Se construyó una iglesia protestante. De esta época tormentosa data un edificio excepcional, situado en la rue du Château: la residencia del señor de Montalivet, cónsul protestante de la ciudad a principios del siglo XVII. Los marcos de los ventanales y los amplios arcos de medio punto de la planta baja, combinados con piedra, forman un vibrante contraste con el ladrillo.

Durante la primera rebelión de los hugonotes, en 1622, las tropas católicas de César, duque de Vendôme, con el respaldo de 7.000 soldados de infantería y 500 jinetes, sitiaron Briatexte después de tomar y quemar Lombez. La plaza fue comandada por el capitán Faucon, a quien Henri de Bourbon, marqués de Malauze, el líder de los protestantes de la región, había colocado a la cabeza de 500 soldados. Gracias a los refuerzos y la pólvora proporcionados por el marqués, el capitán Faucon sufrió el asedio durante un mes y resistió cinco asaltos. Llamado como refuerzo por el rey que asedió Montpellier, el duque de Vendôme levantó el sitio después de haber disparado 2.000 cañonazos y haber perdido a 1.500 hombres.

De vuelta a la religión oficial después de la revocación del edicto de Nantes, la bastida vio sus murallas arrasadas en 1629, y posteriormente su templo fue destruido en 1685.